En el mercado existe una gran cantidad de suplementos alimenticios, objetos y “ejercicios” que prometen bajar los kilos extras con sólo usarlos una vez; sin embargo, la mayoría de los anunciantes miente al respecto. Todo es una farsa para poder vender sus productos con mayor facilidad; no obstante, el problema no radica en la mentira, sino en las consecuencias que éstas tienen en el ser humano.
Una mujer de 28 años originaria de Chiapas consumía con devoción los productos Herbalife. Cada mañana, religiosamente, se preparaba una malteada que suplía el alimento con la promesa de proveer los nutrientes necesarios para mantenerse sana, además de que prometía la desintoxicación de todo aquello que la hacía subir de peso. Cierta ocasión, tomó un poco más y al siguiente día aún más y así continuó hasta que se volvió adicta a los productos. Luego de 6 meses, sus riñones, hígado e intestino se dañaron hasta que llegó al hospital. Poco a poco empezó a perder la función básica de los órganos y de pronto, su corazón, el único que funcionaba correctamente, se detuvo. El dictamen final arrojó que la sangre se había llenado de plomo debido al alto contenido de éste en los productos para bajar de peso, lo que le provocó la muerte.
Su padre aseguró que le había funcionado por un tiempo, pero su obsesión era tal que no podía dejar de consumirlos. A pesar de tener soluciones naturales a su alcance, no quería consumir nada diferente a los supuestos productos milagro. Así como lo nocivo de este producto, lo son también algunos otros disponibles en el mercado, como las famosas tinas desintoxicadoras, inyecciones o fajas milagrosas. En la actualidad, comer sano ya no es suficiente para mantener una buena alimentación, hay que recurrir a ejercicios y con frecuencia, algunos deciden apoyarse en productos extras, pero ¿por qué acudir a aquellos productos de fábrica que lo único que dejan son deudas y enfermedades (en el mejor de los casos)?
Los productos naturales suelen tener mejores efectos en la salud y la marihuana no es la excepción. Cuando consumimos la hierba, luego de una dosis de risas o de relajación total, viene un impulso inmenso por comer. A veces se antojan pastelillos, otras hamburguesas y hay quien desea un platillo complejo, por estas razones podría pensarse que fumar cannabis puede subir de peso a cualquier consumidor.
El Dr. Steph Wright, director de investigación y desarrollo en GW Pharmaceuticals, hizo una prueba con ratones que arrojó que los componentes THCV (tetrahidrocannabivarina) y el CBD (cannabidol) actúan favoreciendo al organismo para que luego de un atracón de comida, el peso se mantenga estable. Ambas sustancias afectan al metabolismo acelerándolo, lo que se traduce en un consumo de energía en las células que se concentra justo en el estómago, estimulando la digestión, lo que protege al sistema digestivo de la acumulación innecesaria de comida, desechando la marihuana a través del sudor, la orina y el excremento.
Este mismo estudio se hizo con animales que sufrían diabetes y con otros con los que se podía reducir el riesgo de padecerla. Esta enfermedad está relacionada con el peso, así que la marihuana, al ser un inhibidor del mismo, puede acarrear consecuencias positivas que podrían ser de utilidad para una futura cura.
La marihuana puede ser satanizada o ser bendita, pero no hay duda de que tiene propiedades benéficas como cualquier producto natural. Desafortunadamente, las restricciones legales y los tabúes de la sociedad han impedido conocerlas todas, pero conforme la legalización gane terreno alrededor del mundo, podremos aprenderlas una a una y no sería extraño que esta planta termine siendo la medicina del futuro.