VIDEO Influencer creyó que la casa de su vecino era un cibercáfe; duró meses haciendo la tarea ahí

Ciudad de México

No hace mucho, era muy común que las personas asistieran al ‘cibercafé’ a realizar sus tareas o enviar e imprimir documentos, e incluso solamente jugar y checar redes sociales, pues era a través de las computadoras donde se podían realizar esos trabajos.

Actualmente, aunque con poca afluencia, aún existen estos establecimientos que para muchos, serán inolvidables, como en el caso de Lupita Villalobos, una la creadora de contenido, quién contó una simpática anécdota de cuando era estudiante.

En un podcast, Villalobos compartió que cuando era niña, ella vio que la puerta de la casa del vecino se encontraba abierta con dos computadoras, por lo que creyó que se trataba de un cibercafé:

@ammluar

(IG: A.MLUGO/AMMLUAR) @Las Alucines @Lupita Villalobos Beltran @QuesitoOaxaca @Alhi Lugo. PODCAST: LAS ALUCINES.👩🏻‍🌾🎙️👩🏽‍🌾 #parati #fyp #fypシ #fouryoupage #viral #amorpropio #podcast #podcastLasAlucines #sonora #LasAlucines #LasAlucinesPodcast #Reynosa #solteria #LupitaVillalobos #KassQuezada #quesitooaxaca #buchon #chisme #chismesitotiktok #storytime #ammluar #STALKER #MOMENTOMASSTALKER

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“En la secundaria o algo así estaba un vecino que siempre tenía la puerta abierta. Entonces yo cuando me quedaba con mi abuelita y tenía que hacer tarea, yo me iba con el vecino. De que un vato que me asomaba y siempre estaba en la computadora. Eran dos computadoras, un vato así (hace señas cómo si estuviera tecleando) en la compu y otra compu”.

Narró que incluso, antes de retirarse, la chica le dejaba sus respectivos 10 pesos porque era lo que se cobraba en esa época por la hora del internet.

“Y yo entraba, estaba abierto y yo de que: “Hola”. Antes la hora estaba a 10 pesos, lo del internet, y ya terminaba, hacía la tarea y todo y “listo, aquí está”. Así estuve por meses y no era cibercafé, era una casa de un vecino”, contó.

En su narración, dijo que fue una vecina que, extrañada por el comportamiento de la niña, se acercó a su abuela a preguntarle la razón de que su nieta entraba todas las tardes a la casa de un vecino pues alrededor de la zona no existía ningún establecimiento de renta de computadoras

«Hasta que un día, le dice una señora a mi abuela “Oye doña Queta, no’ más para decirle, ¿por qué su nieta se mete tanto a la casa del Rubén?” y mi abuela “¿cómo a la casa del Rubén?” “Si va las tardes a la casa del Rubén y veo que se sienta y todo, ya ve que ese muchacho es medio raro y mi abue Keta “no, mi nieta sale y se va al ciber. Ella va al ciber”“No es que por aquí no hay ciber”, comentó Villalobos.

Tras enterarse, la abuela regañó a la menor, a pesar de que ella no sabía que no existía un establecimiento de ese tipo.

“A ver ven para acá, ‘¿Cómo que vas a la casa de un Rubén? ¿Qué no ibas al ciber?’ y yo ‘pues es el ciber’, ‘no’ me dice y yo ‘pues ¿cómo?’ ‘Ahí no es ciber’ pues es que le pagaba. Es que le morro no me decía nada; ‘pues es que es mudo me dice’. El vato no hablaba».

La creadora de contenido, dijo que incluso, a veces la familia se encontraba haciendo sus quehaceres mientras ocupaba la computadora.

“Había veces que me tocaba hacer la tarea y su familia comiendo”, pues la familia creía que ella y Rubén eran amigos.

Al final de la historia, su abuela decidió hablar con los dueños de la casa para disculparse y aunque Rubén la saludaba tiempo después, ella decidió no volver a ir a la casa